Por todos es bien sabido que la pesca deportiva es una actividad verdaderamente fascinante. En primer lugar, por su mentalidad, dado que tras una lucha frenética contra el pez, enfrentando fuerzas, astucia y picardía para conseguir un objetivo efímero, es devuelto al agua en las mejores condiciones posibles para que, en un futuro, otro pescador se vuelva a encontrar en el camino de ese pez. Posteriormente, el pescador es una persona bastante responsable, preocupada no sólo con poder obtener buenas piezas cuando va a pescar, sino también por el medio que le rodea, intentando siempre preservarlo como si no hubiesen estado allí, pasando por los diversos ríos y lagos sin alterar lo más mínimo el ecosistema.
La pesca de carpas (Carp Fishing) es una de las modalidades de pesca deportiva que más rápidamente se han extendido por las diversas partes del mundo, siendo posiblemente Europa el lugar donde más se practique. Sólo hay que acercarse algún fin de semana a lagos o pantanos por Centroeuropa y siempre encontraremos un trípode con 3 cañas puestas esperando a que esa carpa anhelada se acerque al cebo, capturarla y poder fotografiarse orgullosos ante su presa.
La pesca de agua dulce es una actividad outdoor que cada día gana más adeptos. Entre las diversas especies piscícolas que pueblan cauces fluviales y embalses, los ciprínidos acaparan buena parte de la dedicación de los aficionados, siendo la pesca deportiva de la carpa una de las más apasionantes. Para su práctica se cuenta con un generoso catálogo de productos preparados para la pesca de la carpa, capaces de acercar al pescador, junto con su pericia, al mayor grado de satisfacción. En principio, la pesca deportiva de la carpa no es una especialidad excesivamente difícil salvo que vaya orientada a capturar grandes ejemplares.
La carpa, un pez audaz y listo
La carpa no es precisamente uno de los peces que mayores facilidades concede al pescador para su captura. Una vez que ha mordido el anzuelo, despliega un ingente caudal de energía y de artimañas para liberarse. No es anecdótico que ejemplares veteranos conduzcan el anzuelo hasta un fondo pedregoso con vistas a frotar el sedal en las asperezas y forzar su desgarro. O comprobar cómo, refugiados entre arbustos, salten reiteradamente fuera del agua si fracasan en su objetivo de liberarse con la argucia anterior.
Cinco modalidades de pesca de la carpa
La pesca deportiva de la carpa admite hasta cinco variantes llamadas: a la inglesa, a fondo, al coup, a mosca y el carpfishing (la específica de grandes ejemplares). Es habitual entre los pescadores noveles iniciarse bajo la variante a fondo, que con el tiempo, suele ir cediendo terreno a otras modalidades consideradas más profesionales. Por norma general, de la que solo se aparta la modalidad a mosca, se requiere un cebado previo de la zona donde se vayan a intentar las capturas, de lo contrario resulta complicado tener éxito.
La modalidad estrella: el carpfishing
Consiste en delimitar previamente un punto donde abunden las grandes carpas, por su exigencia y espíritu deportivo está ganando terreno a pasos agigantados. Requiere sofisticadas técnicas y cebos muy trabajados como chufas y granos específicos para esta pesca, con los que provocarlas a morder el anzuelo.
Una vez escogida la localización se practica el cebado y se lanzan, muy ajustadamente a su centro, los cebos montados. Tras 2 o 3 horas de obligada espera, vuelve a cebarse la zona en el lugar exacto donde se arrojaron los boilies con anzuelo.
A partir de aquí, ha de confiarse a la suerte el logro de pescar carpas que superen los 20 kilos. Individuos de tal calibre han alcanzado ese desarrollo por su astucia para superar situaciones de riesgo, lo que les hace especialmente recelosos en presencia de un cebo. Los expertos en pesca deportiva de la carpa coinciden en asegurar que una gran carpa observará cautelosa la zona en la que congéneres suyos más bisoños están alimentándose sin ser capturados, decidiéndose a comer una vez descartado el peligro.
Los formatos de los cebos
El mercado de alimentos para la práctica de la pesca deportiva de la carpa ofrece dos clases de cebos según su formato físico: los boilies o bolitas esféricas y los pellets, también esféricos pero biselados y con un orificio en su centro. Ambos están fabricados con productos vegetales, básicamente cereales y leguminosas suplementados con colorantes, saborizantes y odorizantes.
Los granos para la pesca de la carpa
- El maíz dulce destaca por su rápido efecto, siendo prontamente reconocido como un alimento natural, lo que, en consecuencia, le da una aceptación inmediata. Su excelente digestibilidad da margen a un elevado consumo sin que el pez sufra consecuencias. Y otro punto a su favor, al margen de su bajo precio, es su buen manejo, derivado de la consistencia que tiene una vez pinchado en el anzuelo.
Para su preparación, debe hacerse hervir el grano en un recipiente con agua hasta doblar el volumen, dejándolo tapado en suave ebullición durante hora y media. Seguidamente, el maíz y el agua de cocción se mantienen en recipientes cerrados herméticamente durante 2 o 3 días, lo que completará el proceso con una fermentación alcohólica. - El trigo es aconsejable en primavera, mezclado con otros granos. Para prepararlo, vale el método descrito anteriormente, pero reduciendo el tiempo de cocción.
- El altramuz, rico en proteínas, es ideal para otoño y muy práctico en fondos cenagosos, por tener una superficie que le impide hundirse en el lodo.
- El cañamón quizá sea el cebo más atractivo para la carpa, pero su empleo continuado crea dependencia y rechazo de otros cebos, por lo que es preferible usarlo como complemento.
Manejo de las chufas para la pesca de la carpa
La chufa es, sin duda, uno de los mejores bocados para este exigente pez, del que, no obstante, no debe abusarse. Ya que a diferencia del maíz, por ejemplo, no tiene un efecto instantáneo, requiere un acostumbramiento por medio de cebados previos. La variante más recomendable para el cebado es la chufa micro, por su mayor concentración de azúcares y grasas. Es muy palatal por su alto contenido en azúcar que los peces son capaces de detectar. Además, al ser tan dura, cuando el pez la mastica, se oye el chasquido a gran distancia.
En su preparación, en aras de evitar la posible muerte de las carpas, es indispensable un remojo previo de 24 horas que dé paso a una cocción de media hora, finalizada cuando el agua se impregne del aroma del azúcar liberado por la chufa. El mantenimiento de todo ello en un recipiente cerrado durante 3 días da como resultado que las chufas queden atrapadas en un gel azucarado.
Los derivados de la chufa: harina y aceite
Entre los productos preparados para la pesca de carpas, un excelente recurso es la harina de chufa, apta tanto para el engodo como para preparar boilies. Muy aceptada entre los pescadores por dar una textura suave y cremosa que entusiasma a las carpas. Por su contenido en grasas, ayuda a conservar la humedad de los otros ingredientes.
El aceite de chufa es muy eficaz en la pesca de grandes ejemplares y un ingrediente inigualable para confeccionar boilies.
La gran ventaja de usar granos y chufas para la pesca de carpa reside sin duda en una sencilla preparación fácil y un reducido coste, lo que hace esta práctica deportiva más cómoda y barata.
Así, quedan descartada cualquier finalidad alimenticia o comercial. Casi todas las especies acuáticas susceptibles de ser pescadas por motivos comerciales son también válidas como objetivo de la pesca deportiva, pero existen algunas que, por sus características son más apreciadas. Tras algunos años de olvido, la pesca de la carpa ha reclamado su lugar en el Olimpo de esta modalidad deportiva asentándose como una de las especies más valoradas.
Si estás interesado en practicar pesca deportiva, puedes entrar en algún equipo o hacerlo por tu propia cuenta. De la misma manera, tus objetivos pueden ser ociosos o competitivos. La pesca deportiva a nivel mundial está regida desde Florida por la International Game Fish Association, principal órgano regulador que trabaja conjuntamente a infinidad de federaciones regionales y nacionales.
Los instrumentos básicos con lo que debes contar para practicar pesca deportiva son una caña, un carrete y, por supuesto, un buen señuelo que atraiga a la presa. Como bien podrás adivinar, cada especie requiere de unas técnicas y un cebo concreto.
La pesca deportiva de la carpa con chufa
Antes de lanzarte a pescar carpas a ciegas, debes de saber que este es un animal de carácter desconfiado, además de resultar tan listo como fuerte. Estas características propias la convierten en un objetivo muy bien valorado por quienes practican la pesca deportiva. Una vez que una carpa pique en tu anzuelo, puede desatarse una auténtica lucha que adquirirá auténticos tintes de reto pesquero. No son pocos los casos en los que una carpa logra romper el sedal y salir victoriosa de este duelo. Para lograrlo, el animal puede recurrir a diferentes trucos que pasan desde rozar el sedal por las rocas del fondo hasta parapetarse tras alguna roca generando así mayor tensión en el sedal. Sea como fuere, la pesca deportiva de carpas es una actividad que seguro te mantendrá en tensión y requerirá de tus mejores cualidades como pescador.
Existen carpas de todos los tamaños, pero las más atractivas como trofeo deportivo son las de mayor volumen, que pueden alcanzar pesos que ronden los treinta kilos. No existe una modalidad que resulte mejor para la pesca de la carpa; al final todo dependerá de las características del terreno y de los gustos del pescador. Lo que sí es cierto, es que la carpa es un animal que puede pescarse de multitud de maneras: a fondo, a la inglesa, a mosca, etcétera. Un aspecto determinante que no debes descuidar es el tipo de cebo, y en el caso de la carpa, podemos asegurar que hay uno que parece gustarle por encima de otros: las chufas.
El uso de la chufa como cebo en la pesca deportiva de la carpa
La chufa es un tubérculo comestible proveniente de una planta llamada juncia que, además de ser extremadamente famoso por su versión bebible, resulta un cebo perfecto para practicar la pesca de la carpa. Tras su cocción, la chufa adquiere unas propiedades que la hacen prácticamente irresistible para este tipo de peces, que parecen estar encantados con su sabor dulce. La verdad es que la gran cantidad de azúcares naturales que tienen las chufas atrae a las carpas como ningún otro cebo consigue. Su uso está muy extendido, aporta grandes resultados y además es posible durante cualquier época del año.
Existen tres tamaños diferentes de chufas: la grande, la estándar y la pequeña. Esta última es perfecta para cebar. Cuando una carpa traga una chufa no suele consumirla por completo. Debido a la propia fisonomía de este tubérculo, siempre quedan pequeñas partículas del mismo que escapan de la boca del pez y quedan flotando en el agua donde esta nada. Estas partículas sirven de alimento para otras carpas que, a su vez, dejan más trocitos de chufa flotantes que son consumidos por otros peces. De esta manera, las carpas llegan a acostumbrarse a este tipo de alimento y su presencia les genera una confianza que puedes aprovechar a la hora de usarlo como cebo.
Para hacer de la chufa un buen cebo, debes seguir estos sencillos pasos:
- Mantenerlas en remojo durante unas 30 horas para rehidratarlas y ablandar su corteza.
- Cocerlas cerca de 45 minutos añadiendo un poco de agua para ablandarlas y favorecer que comiencen a sudar el azúcar.
- Dejarlas enfriar en la misma agua de la cocción.
- Guardarlas en un recipiente hermético durante 4 o 5 días.
El resultado de este proceso deberá ser un cebo perfecto impregnado de un gel viscoso muy azucarado que resultará irresistible a las carpas.
La verdad es que la pesca de la carpa admite muchos cebos diferentes, pero es difícil que encuentres otro tan efectivo como la chufa. Tanto por su atractivo como alimento para cebar como por su sabor dulce, la chufa resulta un imán para las carpas que seguro te garantizará unas capturas memorables.